La pérdida de relaciones personales y comunitarias que han traído consigo los supermercados y las grandes superficies, la presión que desde la sociedad se ejerce para que sean seguidas con fidelidad las modas o nuestras relaciones pasen por incorporar las nuevas tecnologías, fueron algunos de los temas que se compartieron ayer. En todas las intervenciones se pudo apreciar la infelicidad que provoca un modelo de consumo que delega el bienestar de las personas en cuestiones materiales y estéticas.
El objetivo de Consumidores Anónimos es la puesta en común de aquellos sentimientos de culpabilidad que nos acompañan cuando hacemos nuestras compras y pensamos en lo nocivo del actual modelo de consumo y al que es, muy complicado, desde la individualidad, oponerse. La respuesta comunitaria, que se inicia al comunicarnos entre nosotros evitando el enfrentamiento, la falta de respeto o el reproche, se continúa en la propuesta, en compartir cómo se puede ir dando solución a nuestros problemas.
Todo esto sin perjuicio de pasar un buen rato, compartiendo un café, unos bizcochos, algunas galletas de chocolate, risas en respuesta a algunas intervenciones, pues avanzar hacia un mundo más humano en nada está, o debería estar, reñido con trabajar por ser felices.
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